Créditos otorgados a mujeres disminuyó la depresión en Sonora: Coneval

La disponibilidad de microcréditos desencadena una serie de resultados que inciden en la desigualdad de género.

El aumento en los créditos otorgados a mujeres en Sonora a partir de programas públicos generó confianza en instituciones bancarias y, con ello, aumentó el acceso a recursos para inversión en los hogares beneficiados. Esto, a su vez, mejoró la participación de las mujeres en la toma de decisiones y, finalmente, disminuyó la depresión.

Lo anterior fue expuesto durante el último seminario Buenas Prácticas de Monitoreo y Evaluación en las Entidades Federativas, Municipios y OSC (Organizaciones de la Sociedad Civil) del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. Durante la conferencia de la economista Vianney Fernández Villagómez se presentó el efecto en Sonora del programa Crédito Mujer como estudio de caso de una política pública para disminuir la desigualdad de género.

Resultados

Entre los resultados, la economista con más de 10 años de experiencia internacional en la materia, destacó que la disponibilidad de microcréditos desencadena una serie de resultados que inciden en la desigualdad de género.

La puesta en marcha de Crédito Mujer, se expuso, venía acompañada de la expectativa de aumentar las postulaciones de mujeres para obtención de créditos bancarios para mejor su acceso a recursos, mejorar sus ingresos y lograr una mejora económica en sus hogares. Los resultados reales, de acuerdo con la experta, se traducen en lo siguiente:

Incrementó la tasa de petición de créditos y, con ello, la confianza en las instituciones bancarias. Esto desencadenó un aumento en el tamaño de los negocios y en la participación de las mujeres en la toma de decisiones al frente de los mismos y, una vez tangibles las mejoras económicas, se afirmó, disminuyó la depresión en mujeres, aunque no se precisaron cifras.

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El motor del estudio, detalla Coneval, consiste en que “una encuesta socioeconómica se encontró que un negocio emprendido por una mujer tiene menos ganancias debido a la persistencia del estereotipo del proveedor masculino y la desvalorización del trabajo de la mujer”, lo que genera la necesidad de políticas públicas encaminadas a revertir la situación.