¿Los celulares causan cáncer cerebral? Esto dice la OMS
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Por muchos años se creía que la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RF) generados por los teléfonos celulares era uno de los principales culpables del desarrollo de tumores cerebrales cancerosos y no cancerosos.
Sin embargo, una revisión de estudios a nivel global, comisionada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), arrojó datos contundentes sobre la relación entre el uso de teléfonos celulares y el cáncer cerebral.
¿El uso de celulares aumenta el riesgo de cáncer?
De acuerdo con la OMS, los celulares transmiten radiofrecuencias de baja potencia, que se encuentran en un intervalo de entre 450 y 2700 MHz, que en su pico de potencia generan energía que va de 0,1 a 2 vatios.
Por otra parte, la Sociedad Americana del Cáncer informa que las ondas RF son una forma de energía electromagnética que se encuentra entre las ondas de radio FM y las microondas y que son una forma de radiación no ionizante, es decir, que las ondas RF son energía cinética que es demasiado pequeña para producir iones cargados al pasar a través de la materia.
En pocas palabras, los niveles de energía emitidos por los celulares son tan bajos que no llegan ni siquiera a aumentar la temperatura corporal de las personas.
¿Qué dice el estudio realizado por la OMS?
De acuerdo con el estudio “El efecto de la exposición a campos de radiofrecuencia sobre el riesgo de cáncer en la población general y laboral: una revisión sistemática de estudios observacionales en humanos”, comisionado por la OMS, no se encontraron asociaciones entre la exposición a la radiofrecuencia de los celulares y los diversos tipos de cáncer investigados.
El objetivo del estudio era evaluar la calidad y la solidez de la evidencia proporcionada por estudios observacionales en humanos para crear una asociación causal entre la exposición a campos de radiofrecuencia y el riesgo de las enfermedades neoplásicas (cáncer) más investigadas.
El estudio constó de una revisión sistemática de 63 artículos etiológicos (que investigan el origen o causa de una enfermedad), publicados entre 1994 y 2022.
El proyecto fue liderado por Ken Karipidis, director adjunto de evaluación de impactos en la salud de la Agencia Australiana de Protección contra la Radiación y de Seguridad Nuclear, con la colaboración del Ministerio de Salud de Nueva Zelanda y el Istituto Superiore di Sanità de Italia.