Distractores y temor preelectoral
"Distractores y temor preelectoral", escribe Carlos Marín en #ElAsaltoalaRazón
El presidente López Obrador ha sido insistente en dos temas teóricamente peligrosos pero de imposible realización por carecer de sentido, uno en extremo insensato y escandaloso repetido ayer y antier: que se le quiere dar “un golpe de Estado”.
Otro sin sustento alguno pero que suele reiterar es que no buscará reelegirse.
Lo del “golpe” -al que hoy apellida “técnico”- lo decía por ejemplo cuando impulsaba la consulta popular sobre la revocación de mandato (que en realidad fue la búsqueda de su ratificación) y lo segundo llegó a grado tal que el faccioso subsecretario federal de Salud, Hugo López-Gatell, incluyó entre los imaginarios “golpistas” a los padres de niños con cáncer que hasta la fecha vienen denunciando el criminal desabasto de medicamentos.
Porque desde hace más de 100 años la reelección de un Presidente en México está prohibida por la Constitución (el último presidente que se reeligió y lo hizo en cinco ocasiones fue Porfirio Díaz), le pregunté a quien hace un marcaje personal y preciso a las mañaneras, el acucioso Luis Estrada Straffon, director general de SPIN-Taller de Comunicación Política, las veces que AMLO ha dicho que no se reelegirá. Su respuesta me pasmó: 231 en las mil 299 mañaneras que se han llevado a cabo (casi en 20% de sus conferencias y soliloquios).
Artículo 83 de la Constitución que AMLO juró guardar y hacer guardar:
“El Presidente entrará a ejercer su encargo el 1o. de octubre y durará en él seis años. El ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la República, electo popularmente, o con el carácter de interino o sustituto, o asuma provisionalmente la titularidad del Ejecutivo Federal, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto”.
Si la prohibición es tajante, por muy popular que sea López Obrador, decir que no pretende reelegirse hace suponer que quiere dar la impresión de que le hace un favor a la sociedad.
Y también según SPIN, con la de ayer suman 167 veces las menciones del “golpe de Estado” que en rigor requeriría del apoyo de la institución de mayor confianza del Presidente: el Ejército.
En cuatro alusiones a esa improbabilidad ha añadido la palabra “técnico”, en tanto que en otra (marzo de 2022) dijo presentir un “golpe blando” de… ¡los medios de información!
Al que se ha referido en estos días lo presiente maquinándose en su aborrecido Poder Judicial de la Federación a manos del Tribunal Electoral en la calificación de la elección presidencial del 2 de junio.
De no ser por distraer la atención pública del desastre de su política de seguridad y las advertencias dentro y fuera de México sobre el clima de violencia en que se realiza el proceso en marcha (ayer fue asesinado el aspirante morenista a la alcaldía de Chilapa, más los doce victimados de distintos partidos que ya iban), lo de la “reelección” y “el golpe” huele a temor ante una votación de presidenta muy cerrada y la pérdida, cuando menos, del gobierno de la capital del país…